Últimamente prefiero preparar yo las tartas de cumpleaños, las compradas tienen mucho azúcar y al final, te cansas, así que, como la semana pasada fue el cumpleaños de mi padre y el mío, por cierto, los cumplimos el mismo día, preparé esta tartita que no necesita horno.
2 vasos de leche
2 bricks de nata de montar
1 queso de untar
2 sobres de preparado de cuajada
2 cucharadas soperas de azúcar
mermelada de fresa
fresones
1 paquete de galletas
mantequilla
Preparación:
Picamos las galletas con la picadora hasta que queden homogéneas y añadimos 4 o 5 cucharadas de mantequilla previamente derretida. Mezclamos todo y ponemos sobre la base de la tarta. Aplastamos con una cuchara hasta que quede liso y metemos 2 horas en la nevera.
Por otro lado desleímos el contenido de los sobres de cuajada en un vaso de leche,
En un cazo ponemos a calentar el resto de la leche y, cuando hierva, echamos la mezcla de la cuajada, los bricks de nata, el azúcar y el queso de untar.
Movemos todo con una barilla, apartamos del fuego y batimos con la batidora para mezclar todos los ingredientes .
Vertemos el contenido sobre la base de galletas y volvemos a guardar en el frigorífico un par de horas.
Cubrimos con una capa fina de mermelada de fresas y troceamos varios fresones por la mitad, colocándolos como nos guste por el centro de la tarta y... lista para comer.
Consejo: los fresones ponedlos antes de servir, para que no se oxiden al estar partidos en trozos.
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